(Sólo para locos)

Es algo hermoso esto de la autosatisfacción, la falta de preocupaciones, estos días llevaderos, a ras de tierra, en los que no se atreven a gritar ni el dolor ni el placer, donde todo no hace sino susurrar y andar de puntillas. Ahora bien, conmigo se da el caso, por desgracia, de que yo no soporto con facilidad precisamente esta semisatisfacción, que al poco tiempo me resulta intolerablemente odiosa y repugnante, y tengo que refugiarme desesperado en otras temperaturas, a ser posible por la senda de los placeres y también por necesidad por el camino de los dolores. Cuando he estado una temporada sin placer y sin dolor y he respirado la tibia e insípida soportabilidad de los llamados días buenos, entonces se llena mi alma infantil de un sentimiento tan doloroso y de miseria, que al dormecino dios de la semisatisfacción le tiraría a la cara satisfecha la mohosa lira de la gratitud, y más me gusta sentir dentro de mí arder un dolor verdadero y endemoniado que esta confortable temperatura de estufa. Entonces se inflama en mi interior un fiero afán de sensaciones, de impresiones fuertes, una rabia de esta vida degradada, superficial, esterilizada y sujeta a normas, un deseo frenético de hacer polvo alguna cosa, por ejemplo, unos grandes almacenes o una catedral, o a mí mismo, de cometer temerarias idioteces, de arrancar la peluca a un par de ídolos generalmente respetados, de equipar a un par de muchachos rebeldes con el soñado billete para Hamburgo, de seducir a una jovencita o retorcer el pescuezo a varios representantes del orden social burgués. Porque esto es lo que yo más odiaba, detestaba y maldecía principalmente en mi fuero interno: esta autosatisfacción, esta salud y comodidad, este cuidado optimismo del burgués, esta bien alimentada y próspera disciplina de todo lo mediocre, normal y corriente.

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mercredi 20 août 2014

Black Moon

Esta película está dedicada a la memoria de THERESE GIEHSE.

El atropello tras su paso, el rugido del cielo. Los cánticos de los muertos en la radio. El blanco en la piel, la velocidad de la retirada. El paisaje nublado tras el desconcierto, la sangre que cae por la boca abierta de oscuridad. Parada y espera. Disparos y huida. El eterno crujido del campo grisáceo del invierno. Caen cristales como cuchillos. El quejido de las OVEJAS y más sangre que derrama tu gélida nariz. De nuevo, otra huida a pie intentando escapar de una guerra incesante, dura y ridícula.


El rugido del cienpies. La elegancia de la mantis, verde como las hojas de los bosques que nos protegen. Silbidos. Cucarachas deslizándose por el césped húmedo de la mañana.
El llanto de las flores.
El unicornio, salvaje.

Leche fresca, te conviertes en una huidiza ladrona. El gato al piano, desafiándote con su desafino.
El fuego, siempre tan hipnótico. Te sientas, es irresistible.
Hay una voz tras la puerta. Con cautela, te acercas.
Una rata (¿o dos?) habla sin cesar.

Ataque. Presión en el cuello. Gritas.

Cabello rubio, dorado como el reloj. Sucio.
(big blue eyes) 
Nariz sin personalidad, boca diminuta.
Sin pecho. Maleducada.

Fuego y cánticos en el jardín. 

Más leche.
El cerdo quejándose de tu insolencia, el reloj llama a tu puerta.


La agónica vejez.
Los relojes enloquecen, corres. Corres, pero es insuficiente.
Se ahoga ¿o la ahogan?
Quiere matarte.
Pero el golpe en el rostro parece, al fin, su muerte.
El fuego se refleja en el espejo y la decadencia se fusiona con el frío y la habitación, dejándote helada a ti también.

De nuevo, los cánticos ardiendo en el jardín.

El tacto, el rostro. El pelo ondeándose con el viento.
OVEJAS huyen junto a los hijos de la Madre Naturaleza y tu mirada no puede evitar seguirles, sea cual sea el lugar a donde les conduce el jinete, poco importa. La curiosidad es la que mejor acecha.


No lo entiendes. Mi nombres es LILY.


De nuevo, el fuego consigue ayudarte entre tanto desconcierto.
La voz del escarabajo, el tacto en la pierna de Lily.

VIEJA PUTA. Déjame salir.
Te odio.

Esperanza, esperanza.
Noche de amor que nos rodea. 
Ojos, días como recuerdo en un solo suspiro.
Unidos, en un solo suspiro.
Pero el dia se desvanece con todo su destello.
Todopoderosa muerte.
Mágica, mágica muerte que amenazas mi vida
¿Cómo podría, cómo podria perecer lo eterno?
Anhelando la ceguera perpetua, donde para siempre le esperan el amor y el éxtasis.
Corazón con corazón.
Boca con boca.
Todo es una ilusión.
Líberanos de este mundo.
Sueño de eternas promesas
Nuestros corazones ansían.
Y a la muerte los hombres no llamarán bella y vana ilusión.
Dulce y esperado anhelo.
No más despertar.
No más temores.
Allí, sin nombre.
Unidos, perteneciéndonos.
Sólo con amor, la fuente de la vida.

Risa que congela.
Cámara, 1, 2 y el queso de Navidad.
De nuevo la mentira serpentea dentro de los cajones, saliendo y llevándose con ella la llave que te sacará de allí.
Bombillas.
Muertos en las viejas páginas, siempre muertos.
Saltar por la ventana y ver huir un unicornio como nuevo concepto.

La muerte te ha encontrado a ti también.


La tierra arrastra las almas que se perdieron tras el conflicto. ¿Eso te incluye a ti?
¿Has fallecido?
¿Por qué lloras?

Las flores lloran por ti, no es necesario que derrames más lagrimas.


Las cosas más bellas del mundo son las más inútiles.

Me voy, y no volveré en 154 años.

Una última cena con pequeños comensales insaciables, te conviertes en un monstruo: como ellos.

Willy Boy, Willy Boy
Iré contigo si me lo permites...

La soledad, al piano, como siempre.

La muerte se lo lleva todo.



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